1a Entrega: La tripulación
En las místicas calles de Praga
El viejo tren de manufactura rusa avanzaba lentamente entre los bosques de Bohemia en lo que hoy es la República Checa, bordeando al río Vlatava en camino hacia Praga. Nos despertó la luz del sol que formaba extrañas figuras debido a la niebla y los bosques que podíamos observar desde la ventana del tren. Pensamos en lo maravilloso y sencillo que sería observar a un hada en esos bosques tan antiguos y que definitivamente se prestan a un escenario de fantasía medieval.
(Izq. Danita y el Agoran en el centro de Praga) Después de maravillarnos durante el resto del recorrido por ese paisaje para nosotros tan diferente y extraño, llegamos a la estación de trenes de Praga. Después de la ocupación Soviética, el régimen comunista al caer dejó tras de sí una gran cantidad de malvivientes que buscan hacer dinero fácil, y la estación de trenes es blanco natural para estafadores, carteristas y otros rufianes que tratan de sacar provecho de la gran cantidad de turistas que arrivan a la ciudad y que deben de cambiar los valiosos Euros por Coronas Checas de menor valor. Así, fuimos abordados por «amigables» individuos que prometían desde un lugar barato dónde pasar la noche hasta cambiar nuestro dinero a una mejor tasa y sin comisión.
Tal vez esos trucos funcionen para turistas japoneses pero nosotros vinendo de la Ciudad de México somos inmunes a este tipo de amistosas ofertas. Así que después de cambiar el dinero indispensable para no sentirnos inseguros compramos un mapa para orientarnos y dirigirnos hacia nuestro hostal que teníamos reservado con anterioridad.
Caminamos durante unos 45 minutos con nuestras mochilas de 17kg después de medio dormir en el suelo del tren. Nos perdimos pero al final de cuentas llegamos al hostal a solo una cuadra y media del río y muy cerca del «old town». Sobre el hostal, nada especial, una sola habitación con 10 camas y otras habitaciones compartidas.
Tres días en esta maravillosa y antigua ciudad, residencia de uno de los castillos más impresionantes y antiguos de Europa. De hecho de acuerdo con el record Guiness el castillo es el más grande castillo antiguo del mundo. Todo el centro histórico llamado «Old Town» es patrimonio de la humanidad según la Unesco, y definitivamente tiene razón de ser. Esta ciudad fue capital del Sacro Imperio Romano durante el reinado de Charles IV de la dinastía de Luxemburgo, siendo la 3° ciudad más grande de Europa después de Roma y Constantinopla.
Muchos de sus gobernantes siempre tuvieron una notable inclinación por lo oculto y al caminar por las viejas calles serpenteantes de Praga, se constanta al observar su arquitectura, el reloj astrológico en el mero centro de la ciudad. Danita y yo llegamos a la conclusión de que Praga es como un parque temático… demasiado bonito para ser real. Parece como si los edificios no fueran reales y solo fueran cartones con las fachadas pintadas. Caminar por Praga es como caminar dentro de un cuento de hadas, o de caballería, o de fantasmas, o de Kafka. (Charles Bridge de noche con vista al castillo)
Punto importante sobre Praga, la cerveza… woooow: buena, bonita y barata. Nada que ver con el tee de cerveza que venden en otros lugares, eso sí es cerveza y se puede comprar medio litro por más o menos 14 pesos (1 euro). (A la derecha danita desgustando una de las cervezas oscuras más buenas que he probado. Por cierto, dani se puso «happy» con una sola)
Una de las cosas que más nos gustaron fueron las tiendas de souvernirs, ya que dada la ocupación soviética, en Praga se pueden encontrar cualquier cantidad de artículos militares de la época, desde gorras y cascos, hasta máscaras anti-gas y todo tipo de insignias. Dani y yo nos compramos unas gorras originales soviéticas de la ocupación en Afghanistán y que son desechos militares. Aquí el ganón fue JM el novio de mi hermana, por que ella le compró un divertidisimo casquito ruso de pelitos… si de esos para cuando hace muchisimo frío, es de piel de conejo y era diseñado para un oficial ruso.
Kutna Hora
Antes de dejar la República Checa, hicimos una parada en un pueblo cercano llamado Kutna Hora a hora y media de la capital. En este pueblo se puede ver a simple vista aun ahora, los destrozos de la incursión soviética en la zona. las iglesias y catedrales tienen agujeros de bala y los vitrales están destruidos por los bombardeos y algunas de las paredes están enegrecidas por el humo y el fuego. Aun así el centro de Kutna Hora es particularmente bonito. Pintado de alegres colores, cosa extraña para la corta gama de colores que normalmente usan en Europa Central.
Sin embargo el punto central de nuestra visita a Kutna Hora no se ncuentra ni siquiera en el centro del pueblo. A una distancia de 3 kilómetros se encuentra una iglesia muy pequeña que tiene la cualidad de ser un osario. Es una capilla decorada con HUESOS HUMANOS; pero no unos cuantos, nooo, son 40,000 personas cuyos huesos adornan la capilla. Me cae que es el heaven de algún Tzimice loco de la zona. (A la izquierda el Candelabro de huesitos en el osario, a la derecha- abajo, el escudo de armas de el monito que la mandó hacer)
Los huesos llevan ahi desde el año 1,300 y solo me puedo imaginar la osciocidad y morbidez de aquel o aquellos que la realizaron. Los muertos corresponden en parte a aquellos que murieron durante las pestes. Los huesos no solo están regados alrededor, sino que forman desde candelabros hasta cotas de armas de aquel que la mandó hacer. Los huesos están pulidos y sorprendentemente bien conservados. Dani y yo la bautisamos la iglesia de los huesitos…
En este lugar tomamos una inmensa cantidad de fotos por que es un lugar mórbido, pero es algo que en mi vida había visto. Jamás me había imaginado que algo así pudiera existir, fuera de los sueños húmedos de algún darketo… (perdón… goth).
Una vez al regresar de nuestra expedición tomamos un tren nocturno de regreso a Alemania dónde nos encontraríamos con Anu, para viajar a la capital de Imperio Romano (original) en la península Itálica: Roma. (en el siguiente post.)´
Continuará…